El día que el Dr. José Guevara me dijo que tenias Leucemia Linfoblastica Aguda, creí que me moría. Todo se derrumbó en un momento. Pensé, leucemia igual a muerte, hasta ese momento no sabía que existian diferentes clases de leucemia y tampoco realmente lo que significaba.
Solo me preguntaba una y otra vez como se lo diría a tu papá y que ibamos a hacer a partir de ese momento. El miedo, la impotencia, la desesperación se apoderaron de mi, nose cómo sali de ese consultorio y como llegue al trabajo de tu papá, para darle tan triste noticia.
No se que vio en mi cara cuando entre, solo abrí la puerta y me le quede viendo, él lo supo sin que yo se lo dijera, se levantó y me dijo tiene leucemia verdad?
Nos fundimos en un abrazo y lloramos amargamente, temíamos tanto por tu vida, por lo que fuera a pasar, es que eras tan pequeño, solo tenías año y medio. ¿cómo enfrentar algo asi?
El Dr. Guevara, nos explicó que la leucemia que tenías era de las mas benignas y que había un porcentaje alto en las estadisticas, que indicaba que te podías curar. Que sería largo, doloroso y siempre el riesgo estaría allí.
Asi que, decidimos que tu tratamiento sería en Caracas, y asi al menos estariamos cerca de la familia. Tuvimos que hacer de tripas corazón para disimular delante de ti y hacerte ver que no pasaba nada, que estabas con tus padres, que te adoraban y harían cualquier cosa por protegerte y ayudarte a superar esa enfermedad.
No tengo palabras para con el Dr. José Guevara, que a Dios gracias apareció en nuestro camino. Gracias Doctor, por haber sido su médico, nuestro apoyo, y sobre todo por ser un gran ser humano. La lucha fue dura, larga y llena de, como decirlo, dudas, rabia, impotencia. Pero siempre nos acompañó la fé y sobre todo tu entereza y las ganas de vivir que siempre nos mostrastes. Gracias también a todos nuestros familiares y amigos que unidos en oración, apoyo y compañía nos ayudaron a superar el día a día. Si, día a día, era la lucha, día a día aprendimos a no rendirnos, pero sobre todo el verte reir, tus ganas de jugar, era lo que nos daba fuerza.
Tu fuerza fue la que no nos dejo caer.
Solo me preguntaba una y otra vez como se lo diría a tu papá y que ibamos a hacer a partir de ese momento. El miedo, la impotencia, la desesperación se apoderaron de mi, nose cómo sali de ese consultorio y como llegue al trabajo de tu papá, para darle tan triste noticia.
No se que vio en mi cara cuando entre, solo abrí la puerta y me le quede viendo, él lo supo sin que yo se lo dijera, se levantó y me dijo tiene leucemia verdad?
Nos fundimos en un abrazo y lloramos amargamente, temíamos tanto por tu vida, por lo que fuera a pasar, es que eras tan pequeño, solo tenías año y medio. ¿cómo enfrentar algo asi?
El Dr. Guevara, nos explicó que la leucemia que tenías era de las mas benignas y que había un porcentaje alto en las estadisticas, que indicaba que te podías curar. Que sería largo, doloroso y siempre el riesgo estaría allí.
Asi que, decidimos que tu tratamiento sería en Caracas, y asi al menos estariamos cerca de la familia. Tuvimos que hacer de tripas corazón para disimular delante de ti y hacerte ver que no pasaba nada, que estabas con tus padres, que te adoraban y harían cualquier cosa por protegerte y ayudarte a superar esa enfermedad.
No tengo palabras para con el Dr. José Guevara, que a Dios gracias apareció en nuestro camino. Gracias Doctor, por haber sido su médico, nuestro apoyo, y sobre todo por ser un gran ser humano. La lucha fue dura, larga y llena de, como decirlo, dudas, rabia, impotencia. Pero siempre nos acompañó la fé y sobre todo tu entereza y las ganas de vivir que siempre nos mostrastes. Gracias también a todos nuestros familiares y amigos que unidos en oración, apoyo y compañía nos ayudaron a superar el día a día. Si, día a día, era la lucha, día a día aprendimos a no rendirnos, pero sobre todo el verte reir, tus ganas de jugar, era lo que nos daba fuerza.
Tu fuerza fue la que no nos dejo caer.